5 de febrero de 2017

Nocturno V

A la izquierda de la almohada
reposa sus cabellos un hada trashumante
que susurra a mi oído paz, poemas y alquimia.

En el borde opuesto,
un ángel pinturero ubica sus huesos
e impone a mi sentido labores, grilletes y entereza.

Y, en el centro,
yo entre las sábanas tolero,
alunada, el absurdo alboroto,
la pugna insensata,
la palabrería.

Y, declarándome
soberana de mi desvelo,
obvio la disyuntiva,
insto a la oscuridad,
exhorto al silencio…

Y me dejo poseer
-rendida razón y cuerpo-
por las celestes virtudes de Morfeo.
©Trini Reina/Febrero de 2017
Pintura de William Orxen

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