La música, la música elevándose por sobre las ruinas de la
ciudad violada. Un mar de escombros manchan las calles. Heridos los hombres,
heridas las banderas, los árboles heridos....
En mitad de la devastación, abandonado, surge un piano y
se enciende bajo unas manos vacías de victorias, y los perfiles de la
desesperanza por un instante se equilibran. Suenan las notas y traspasan
paredes quemadas, y atemperan los grises
gélidos de la nieve, mientras la angustia aplaca su flama en estas almas
abatidas por la batalla.
©Trini Reina/2010
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