lo innato y
lo adquirido,
abandonarse
desea.
Desnuda
-más
incluso que cuando nací-
me voy.
Sin gloria
me alejo,
pero libre.
Ya ni la
carcasa me pertenece,
ni las
vértebras
de esta
osamenta al fracaso dictada.
Sin hostilidad
marcho
y calladamente.
Si me ves
desdibujarme,
dime adiós
y ahórrate el
pañuelo.
Aquí dejo
el dolor,
al fin lo
vencí.
A la
inmensidad me lego.
Desvestida
de temor y sin sudario,
transparencia,
sal,
polvo
inasible al viento,
sin gloria,
pero libre,
me alejo…
©Trini Reina/abril 2017
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