16 de agosto de 2017

De lo Cotidiano / Amanecida

 
Observo al día que flamante nace  -ahora tan nuevo, y viejo en horas-
Pregunto al rosicler qué traerán hoy sus nubes desvaídas,  pero el silencio es respuesta que ni resta ni otorga.  El aire promete alivio en este verano que caduca y es una delicia su límpido aroma. Los sonidos son distintos que ayer y, sin embargo, afines. El jardín languidece un punto más,  añorando una lluvia salvadora.  Ante mis ojos embargados una hoja cae  en su temprana muerte.
De la noche y sus desvelos sólo queda un recuerdo ingrávido. Tinieblas.
La inquietud virulenta, que en mi corazón se elabora, pierde tenebrosidad ahora que el cielo derrocha claridad sin remiendos de sombra, e intento fugarme del trémulo latido que al alma trastorna.

Observo al día que flamante nace, con un déjà vu que me desborda.

©Trini Reina/2009

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.