Contra el pájaro alocado
que rasga su
sueño
y al insomnio le somete;
contra este estío desaforado
en que, ardidas sus ideas,
de anchura mueren:
contra un temor primitivo
que a torbellinos constantes
penetra y duele;
contra el plomo maldito
que a su soledad se prende
y la eleva
hasta una cúspide inherente:
contra aquella quimera,
feligresa del olvido,
y, aún así, omnipresente;
contra esa indiferencia glacial
donde se parapeta
-izando la hipocresía-
la vacua gente;
contra esta luna impávida,
que por el horizonte desciende,
y no le roza siquiera
con su aleve luz,
las sedientas sienes;
Contra el desaliento inusitado,
contra la felicidad incoherente;
contra ese “yo” confuso
que en el alma florece,
y al que el “yo” superficial,
ni condena ni defiende.
Así se siente:
a contratodo,
a contravida,
a contramuerte.
©Trini Reina/agosto de 2009
Obra de Anna Razumovskaya
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