1 de diciembre de 2017

Ajeno al rumbo...

Por caminos de líneas imposibles,
sorteando surcos imperfectos
voy trastabillando cuasi sin cordura.

Ajeno al rumbo,
me adentro en este bosque de claustros
y, trémulo, grito, grito…
¡Escuchen cómo grito mis miedos de hombre!

Pero mi voz,
tras el silencio se esconde.
Elipsis sepulcral, humo monocorde.

Mi ser es piedra, espuma, frío bronce.
Vasallo de la dureza de mi signo…
No poseo yelmo que me proteja
 de esta noche que hila conjuras.

En mi agonía se coronan las serpientes.

En esta hégira sin futuro
busco apenas un refugio que me salve
de este errar sin equipaje,
 de este error que soy
y que me rompe.
©Trini Reina, noviembre 2017

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