Por
caminos de líneas imposibles,
sorteando
surcos imperfectos
voy
trastabillando cuasi sin cordura.
Ajeno
al rumbo,
me
adentro en este bosque de claustros
y,
trémulo, grito, grito…
¡Escuchen
cómo grito mis miedos de hombre!
Pero
mi voz,
tras
el silencio se esconde.
Elipsis
sepulcral, humo monocorde.
Mi
ser es piedra, espuma, frío bronce.
Vasallo
de la dureza de mi signo…
No
poseo yelmo que me proteja
de esta noche que hila conjuras.
En
mi agonía se coronan las serpientes.
En
esta hégira sin futuro
busco
apenas un refugio que me salve
de
este errar sin equipaje,
de este error que soy
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.