10 de diciembre de 2017

¡Sálvate!

 
Recorriendo las calles
va la desesperanza
mordiendo carne joven.

 Caminas aturdido
con una pena transparente
pesándote en la boca.
Ciego es el lamento
que oscurece
la noche de tus ojos.
El hastío se sienta
en tus caderas
sin medir el oriente
de los pies en el asfalto.
El cigarrillo
-cómo tú-
entre los labios se consume.
Qué profundos
los años de tu rostro.
Mordido va de desesperanza
Y, desde el precipicio
de la nuca
hasta el abismo
de las plantas,
un desgarro te abre
en canal el alma.

De ti se burla la suerte,
vitoreando
su tardanza.
©Trini Reina/2013 

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