14 de febrero de 2018

Microprosa

Se dejó abrazar por aquellos etéreos brazos poderosos
y su cuerpo duplicó la suavidad de las esponjas.
Blanda se hizo y pensó, que al fin la poseería.
Pero la hoz aguda de su rechazo la dejó a las puertas de la penumbra. Y  la  brusca luz de su partida, sin indulgencia, se le clavó en los párpados.
Rendida, tendrá de aguardar una nueva noche para aspirar a la ternura de Morfeo.
©Trini Reina/Febrero 2013
Obra de Lord Frederic Leighton
 (Detalle)

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